jueves, mayo 15, 2008

Pick-pocket

Hoy día me robaron la billetera en el metro. Al principio, intenté buscar todas las explicaciones posibles de dónde se me podría haber quedado, o de cómo se me podría haber caído, pero cuando le conté la situación a mi mamá y me contó algo parecido que le había pasado, empecé a rememorar mi combinación en Los Héroes y no había por dónde: me habían sacado la billetera de la mochila.
Figuraba yo en Lo Héroes línea 1, esperando para combinar. Llegó el tren, como siempre me puse al lado de la puerta para dejar bajar antes de subir, y adelante mío había un niño que no debe haber tenido más de 12 años, y que subiéndose al metro me empezó a preguntar estupideces que sencillamente no se preguntan cuando uno ya tiene un pie adentro del metro, como "¿Por éste lado se va a Escuela Militaaaar? ¿Aaah yaaa a Escuelaaaa?". La cosa fue que justo mientras el cabro chico me hablaba fue el segundo de descuido en que, en lugar de abrazar mi mochila como suelo hacerlo en hora pick, la tenía colgando de un hombro, hacia el lado. A medida que voy entrando al tren me van empujando, lo que me parece extraño porque no iba tanta gente atrás mío; sólo una señora gorda flaite y un flaite (disculpen las expresiones peyorativas, pero tengo rabia). La cosa es que entro al metro, abrazo mi mochila, y veo que el bolsillo de adelante está totalmente abierto, que de mi billetera no habían ni rastros y que el cabro-chico-pregunta-leseras venía con la vieja y el tipo flaite. Creo que la conclusión salta a la vista.

El hecho en sí no fue tan terrible; por esas iluminaciones de la vida no andaba trayendo en la billetera más que 2 lucas con la que pensaba comprarme un Caramel Macciato en el Starbucks camino a mi casa, y recuerdos varios como entradas a museos, conciertos, la credencial de la escuela de verano, tarjetas de tiendas (onda con la dirección, no de crédito), la tarjeta del club de lectores, fotos de pololo/amigos... cosas con gran valor sentimental, pero no monetario. Mi carnét, el pase, la TUI y todas esas cosas de importancia, no suelo tenerlas en la billetera... menos mal.

Así que al fin y al cabo no es más que un mal recuerdo. Me da lata, me siento como "ultrajada" ya que nunca me habían robado nada (excepto el cuasi-robo de mi ipod en una micro el año pasado), pero no me queda más que agradecer al destino porque no llevaba nada vital.

1 comentario:

Liniers dijo...

el 27 de mayo presento un libro en la librería El Ateneo de Santa fe y Callao a las 19. 30