jueves, julio 24, 2008

Memoria del cuero

A lo largo de este semestre recién pasado, he tenido varios encuentros fortuitos y -definitivamente- sorpresivos e inesperados, con ciertas personas con las que tengo un pasado común desde, digamos, los 10 a los 13 años, más o menos. Y no me refiero sólo a los que me he encontrado en facebook - ahí es como medio obvio que si me topo con uno, me toparé con todos. Pero no ha sido sólo en facebook. A principio de año me encontré con dos de ellos en el paseo a la playa de mi U, hace un mes más o menos me encontré con otro en la calle, bajándonos de la micro -encuentro rarísimo- y el fin de semana recién pasado llegaron dos más a cierta fiesta en la que yo me encontraba y en la cual los participantes tenían cero relación como para que ellos llegasen. Ah, y además, soy compañera de universidad de la hermana menor de una de esas personas.

Tomando en cuenta que hace 8 años que no veía ni sabía nada de nadie de mi ex-colegio, me suena a demasiada coincidencia seguida para 6 cortos meses. ¿Será una señal? Puede ser. ¿De qué? Ni puta idea. Sólo que es extraño. Extraño en una forma divertida y algo emocionante, claro. Son personas que recuerdo con mucho cariño.



Cambiando abruptamente de tema, he llegado a una teoría: en mi familia hay un par de mujeres que han sufrido de esa enfermedad a la que se le suele llamar "depresión". Confieso de entrada que es una enfermedad en la que no creo, me suena a como me sonó siempre el calentamiento global. Bueno, eso da lo mismo. La cosa es que en todas las reuniones familiares, específicamente en los aquelarres de los viernes en la tarde, los comentarios que escucho sobre ellas son que como están con depresión, se pasan todo el día en cama, no se levantan ni se cuidan ni se preocupan de ellas mismas etcetera. Ahora, yo estos días he estado floja/enferma del estómago, razones por las cuales hoy cumplo el tercer día de pasearme por mi casa comiendo galletas de agua como fantasma enpijamado. Y he andado más enfermantemente floja y self-depressing que nunca, o por lo menos lo más que he estado en muchísimo tiempo. Y me da rabia, porque ni yo me aguanto. Pero esto de andar por la casa vagando, con esa ropa gigante y una bata, pareciendo un espíritu que después de un par de vueltas vuelve a la cama... suena como un buen panorama, pero ya me ha deprimido. O sea, pasar un día así, echada en la cama de mi mamá viendo películas antiguas todo el día, genial. Pero tres días seguidos, más encima comiendo puras imbecilidades mientras todos comen cosas ricas (coincidió que, mientras yo sólo puedo comer galletas de agua y quesillo, en mi casa hay chocolate, pasteles, galletas, papas fritas, pizza y cerveza, todo por montones), resulta ser bastante deprimente.

Yo creo que ahora me voy a dar una buena ducha, me voy a lavar el pelo y me haré todos esos beauty-treatments que, tan girly que soy, nunca fallan en ponerme una sonrisa en la cara y darme un ego boost impresionante.

sábado, julio 12, 2008

Merecidodescanso.

Creo que mi nivel de escritura ha estado bastante mediocre últimamente, y no me refiero sólo a aspectos bloguísticos sino en general (aunque creo que en el blog ha estado muchísimo más mediocre y dispersa).
Como dicen por ahí (exactamente en el Foro Institucional de U-Cursos, ñoñedad máxima que si fuese autoridad de la U cerraría ya que es increíble la cantidad de tiempo académico que hace perder), debe ser el fin de semestre. Desde ayer que estoy oficialísimamente de vacaciones, es decir que desde hace unas 3 semanas (y un poco más) que vengo colapsando por el estrés académico, lo cual -creo- se refleja en el hecho de que en todo ese tiempo no he ni escrito, ni dibujado, ni leído cosas decentes. Ok, escrito un par de cosas, leído también un par de páginas -- mi exceso de cálculo y ecuaciones diferenciales me dio una crisis en la que necesitaba un poco de realismo mágico en mi vida, por lo que empecé y leí como 10 hojas de "El coronel no tiene quién le escriba"... claro que eso fue una noche como hace dos semanas, y de ahí que no lo he vuelto a tomar. Por lo menos las vacaciones servirán para revertir eso.

Porque tengo muchas ganas de crear. Crear textos, crear dibujos, crear música incluso, si pudiese. Tengo ganas de escribir, pero escribir en serio. Tengo ganas de aprender, ahora sí, a pintar (total, tengo profe particular). Tengo ganas de tener un sin fín de experiencias que me lleven a crear un sin fín de cosas.

Ojalá me alcancen las dos semanas...

miércoles, julio 09, 2008

Siempre hay una que encaja

Jorge Drexler, "Hermana duda"

No tengo a quién rezarle pidiendo luz,
ando tanteando el espacio a ciegas.
No me malinterpreten, no estoy quejándome
soy jardinero de mis dilemas.

Hermana duda,
pasarán los años,
cambiarán las modas,
perderán los mismos,
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro

Pero esta noche, hermana duda,
hermana duda, dame un respiro...

No tengo a quién culpar que no sea yo,
con mi reguero de cabos sueltos.
No me malintrepreten, lo llevo bien,
o por lo menos, lo intento.

Hermana duda,
pasarán los discos,
subirán las aguas,
cambiarán las crisis,
pagarán los mismos,
y ojalá que tú
sigas mordiendo mi lengua

Pero esta noche, hermana duda,
hermana duda, dame una tregua...

Hermana duda,
pasarán los años,
cambiarán las modas,
vendrán otras guerras,
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro

Pero esta noche, hermana duda,
hermana duda, dame un respiro...

***

Esta canción la siento tan de mí, que se me mojaron los ojos mientras la escuchaba y la escribía. Esa hermana duda va siempre, siempre, siempre conmigo. Y no quiero que me deje... pero en este momento (mientras tomo mate para no dormir y seguir haciendo ejercicios de física, pasándome rollos sobre si debiese estar durmiendo, sobre si debiese estar estudiando, sobre si debiese hacer lo que hago, si debiese estar aquí, si debiese escribir la fuerza hacia la derecha o hacia la izquierda)...

...este momento, me gustaría que mi hermana duda me diese un pequeño respiro.