lunes, diciembre 31, 2007

Life is a miracle

Año nuevo en la playa. Vacaciones. Tongoy. La U. Primera semana carrete, segunda semana pruebas. Cálculo, álgebra, física, los amigos nuevos, las noches de estudio con sobrecarga de café.. ¿resaca? no, la acidez del otro día, medenne (ese individuo marcó nuestras vidas universitarias), los días fríos, los exámenes y los controles recuperativos, Kevin Johansen, más noches de estudio, vacaciones de invierno, ramos nuevos, profesores nuevos, sufrir con cálculo, los días tibios, de nuevo Kevin, las pruebas finales, los días de estudiar sin parar, pasar raspando pero pasar, reprobar física, falabella, los juguetes, el empaque, las señoras que reclaman, el último día.

Los libros que leí y los que aún me quedan por leer, mis libretas, los lápices de colores, los cuadros que intenté pintar, los dibujos que intenté terminar, las cosas para el blog que nunca terminé de escribir, mi nueva música, mis nuevos planes. Los abrazos, los besos, las noches de dormirme contigo, los paseos, las ñoñadas, las lágrimas pero sobretodo las sonrisas.

Distintas perspectivas para un mismo año que se va. Un año distinto y rápido, pero un buen año. Por lo menos mucho mejor que el anterior. Esperemos que el 2008 venga igual de lleno de cosas buenas, y que traiga todavía más. Para mí, mis cercanos y para todos.

¡Feliz Año Nuevo!

miércoles, diciembre 26, 2007

¡Felices Fiestas!
a todos mis lectores, fieles e infieles

Prometo volver a los terrenos bloguísticos pronto. Ya me queda 1 semana de trabajo, es decir 1 semana para estar verdaderamente de vacaciones (porque entré a trabajar al día después de mi último exámen). Pero sé que valdrá la pena, porque este verano promete. Y mucho.

Un abrazo grande para todos, espero que lo hayan pasado/estén pasando bien, que hayan tomado/comido/recibido/dado harto. Yo ya lo hice :D

domingo, diciembre 16, 2007

Aventuras del retail

Las cajas y cajas de juguetes que llegan cada mañana. La gente que a las 11 de la mañana ya repleta la escalera mecánica en dirección hacia mi piso. Los niños que corren y botan todo. Las colegas desagradables y turbias. Las risas entre los pasillos. Saltar a ordenar lo que sea cuando viene el jefe. Los villancicos, una y otra vez, todo el día, todos los días. Los conocidos. Las propinas a escondidas. Las señoras histéricas que creen que todo es culpa de uno. Las señoras relajadas que compran lo que les pongas delante. Los que no te creen cuando dices que algo está agotado. Los que por cualquier cosa piden hablar con tu jefe. Las visitas sorpresa. Los Pequeño Pony's, la Tienda de animalitos, el High School Musical y los Transformers. Los almuerzos a las tres. Envolver muñecas más altas que yo.

En estas dos semanas que llevo trabajando, creo que lo que más me ha marcado ha sido la repulsión que he empezado a desarrollar por el espíritu navideño. Y no me refiero a los árboles de navidad ni a los adornos, sino a la compulsividad de la gente por comprar estupideces -que no pueden pagar si no es en cuotas- porque sus hijos lo vieron en la tv; esa locura de comprar lo que sea, me enferma el hecho que apenas abrimos la tienda entra la gente con bolsas de otras tiendas que abren más temprano, me enferma que cuando llego a trabajar hay gente esperando en la puerta a que abran la tienda, me desagrada en demasía ese ambiente de cero humanidad pero mucho, mucho materialismo. Estar sumergida en eso todo el día todos los días me ha generado un cambio de switch increíble. Y es que parece que todo cambia cuando lo vemos desde el otro lado. Sólo espero, cuando sea vieja, no andar en las mismas.

miércoles, diciembre 05, 2007

¿La puedo ayudar en algo?

Bueno, oficialmente llevo 2 días en mi primer trabajo. Específicamente estoy de asistente de navidad en Falabella, más específicamente aún en la ropa de bebé. Y, a pesar de que a esta hora ya no me puedo las rodillas (qué lindo es estar de pie* toda la tarde), a pesar de la hermosa polera verde con la chapita de Pascua feliz para todos... igual lo he pasado bien. No falta la vieja que te pide "el piyamita para mi chanchi, que tiene 3 meses pero parece de 6 ah!" o el tipo que llega "pucha, nace en abril y no sé qué regalarle!". Claro que aún no empieza la temporada satánica pre-navidad, y ya hay ratos en que me veo rodeada de gente que tal vez no alcanzaré a atender. E igual es trágico cuando te dicen "ya, tu te quedas acá en ropa de bebé" el primer día, no cachas nada, y a los cinco minutos aparece la vieja, "¿chaquetitas de mezclilla, así como para nilito de 8 meses?". Plop.

Por lo menos ahora sé dónde queda cada cosa, y que hacer que la gente compre cosas que no necesita es bastante más fácil de lo que parece. Un poco penoso que mi labor sea eso, pero bueno... hay que ganarse las lucas.