martes, febrero 19, 2008

Ruido.

Si hay una diferencia sustancial, es que el ruido de la ciudad me molesta. Demasiado. Antes tal vez no lo notaba, pero después de dos semanas escuchando árboles que crujen como puertas viejas, escuchando la risa del pasto con el viento, escuchando miles de insectos al ir a dormir, o escuchando nada más que el silencio... el ruido de la ciudad se avalancha sin compasión hacia mis distendidos oídos. Nunca había notado cuánto me molesta el ruido de los autos que pasan a mi lado cuando camino por la calle, ni los bocinazos, ni las micros, y bueno, en un caso muy particular, los maestros que tempraño en la mañana decidieron ponerse a arreglar el pavimento justo bajo mi ventana.

Una noche me dijeron que no vería cosas paranormales, pero que entendería muchas cosas sobre la naturaleza. Pienso que en el momento no lo noté, pero que ahora que estoy lejos me doy cuenta. Nunca pensé que ese contacto natural me haría falta. Sería porque entonces, aún no me daba cuenta...

2 comentarios:

FRANCO ROSA dijo...

Sinceramente me gusto tu blog! lo voy a linkear! soy de aRgentina.. este es mi blog
http://www.ciudaddesanlorenzo.blogspot.com/


Saludos Fran!

Amilcar dijo...

Mmm... interesante reflexión sobre el ruido. ¡Era hora de que alguien pusiera en su lugar a esos mugrosos urbanistas!.
Supongo, que dada tu afición hacia la contemplación astronómica, más de una vez habrás deseado valerte de una escopeta y salir a la calle con el objeto de destruír esos ridículos faroles que impiden ver las estrellas de escaso brillo. ¿O soy el único desquiciado al que se le ocurre?
Pero desde el barco es distinto...
¡Saludos desde cubierta!. Interesante blog; me alegra haberlo encontrado.