Estuve leyendo cosas que había escrito en mi blog por ahí en el 2006, y no sin cierto pesar me dí cuenta de que solía ser bastante más consistente para escribir. Me da la impresión de que masticaba más las ideas antes de sentarme frente al teclado, y que buscaba cosas más interesantes sobre las cuales escribir, como historias o cuentos. Bueno, probablemente tenga mucho que ver con el hecho que en ese tiempo estaba en el preuniversitario, y que tenía bastante más tiempo para masticar, tragar y digerir ideas todo el día, que ahora que soy la flamante estudiante de ingeniería.
De hecho, recuerdo haber pensado que las vacaciones serían una buena época para volver a esos grandes escritos de antaño. Pero resulta (y no me quejo, en lo absoluto) que este verano ha resultado ser uno de los más viajados que he tenido. Ya visité Valdivia, Tongoy (las clásicas vacaciones familiares) y Chiloé, y aún quedan en la lista Talca y Curicó que se vienen en la reunión familiar de esta semana, Viña del Mar por principios de marzo y tal vez, sólo tal vez, Buenos Aires en los meses que vienen. Y claro, cada vez que iba a algún lado pensaba en llegar con varias ideas para escribir, y durante mis vacaciones no podía deshacerme de ese exquisito hábito que tengo (en verdad me encanta) de narrar cada situación, a los pocos instantes depués de que ocurra, como un texto bastante bloguero, costumbre que partió por mis tiempos de LiveJournal (añazos atrás). Sin embargo, cuando llegaba, tenía tantas situaciones para escribir, que al final la flojera me ganaba. Y así. Además que este verano fue mucho mas vivido, por decirlo de cierta forma. Recién hace un par de días he empezado a pegarme un poco más al pc, pero la tónica general fue totalmente distinta...
Bueno, como todos, creo que en este tiempo he cambiado. De hecho, a pesar de que varios de mis escritos de esos tiempos me agradaron bastante, también hay algunos que son pfff... insulsos. Así que quiero creer que, a pesar de tal vez no escribir tanto tan seguido, las veces que lo hago sean las veces que vale la pena.
Y sin querer queriendo, terminé escribiendo bastante :P
De hecho, recuerdo haber pensado que las vacaciones serían una buena época para volver a esos grandes escritos de antaño. Pero resulta (y no me quejo, en lo absoluto) que este verano ha resultado ser uno de los más viajados que he tenido. Ya visité Valdivia, Tongoy (las clásicas vacaciones familiares) y Chiloé, y aún quedan en la lista Talca y Curicó que se vienen en la reunión familiar de esta semana, Viña del Mar por principios de marzo y tal vez, sólo tal vez, Buenos Aires en los meses que vienen. Y claro, cada vez que iba a algún lado pensaba en llegar con varias ideas para escribir, y durante mis vacaciones no podía deshacerme de ese exquisito hábito que tengo (en verdad me encanta) de narrar cada situación, a los pocos instantes depués de que ocurra, como un texto bastante bloguero, costumbre que partió por mis tiempos de LiveJournal (añazos atrás). Sin embargo, cuando llegaba, tenía tantas situaciones para escribir, que al final la flojera me ganaba. Y así. Además que este verano fue mucho mas vivido, por decirlo de cierta forma. Recién hace un par de días he empezado a pegarme un poco más al pc, pero la tónica general fue totalmente distinta...
Bueno, como todos, creo que en este tiempo he cambiado. De hecho, a pesar de que varios de mis escritos de esos tiempos me agradaron bastante, también hay algunos que son pfff... insulsos. Así que quiero creer que, a pesar de tal vez no escribir tanto tan seguido, las veces que lo hago sean las veces que vale la pena.
Y sin querer queriendo, terminé escribiendo bastante :P
No hay comentarios.:
Publicar un comentario