miércoles, marzo 04, 2009

Poesía

Ese calor
recalcitrante
en todas mis venas
eres tú
colándote
por cada uno de mis poros.
Nuestras almas
abrumadas
y contrarias a toda orden
se llaman
a gritos,
se buscan
en el Universo infinito
de las probabilidades.
Y yo en ese mundo
te beso,
con un dedo sobre tus labios hago callar
toda represalia
verbal, pero no lingüística
las lingüísticas las aprovecho
para anudarte a mí,
beso profundo,
ojos y escamas,
calor.

No podemos huir
de tú y yo,
el uno dentro del otro.

No podemos huir
de ese nudo que la vida esa noche
nos deparaba.
02/03/09



* * * * *


Admito que, hasta hace un tiempo, la poesía nunca llamó mayormente mi atención. Había poemas que me cautivaban, si, pero nunca me había dedicado a ella, a leerla con paciencia reconociendo los distintos matices, ni menos a escribirla. Jamás se me habría ocurrido escribir poesía, tal vez por la misma razón de que no me había dedicado a explorarla. Pero justo en un momento difícil, en un quiebre en mi vida, la poesía empezó a llegar a mi por su propia cuenta: de golpe noté que no había libro que leyera en que no nombraran poetas, ni canción que escuchara que no mecionara su nombre, y qué decir de cuando empecé Los detectives salvajes esperando nada, sólo estaba ahí a mi alcance, y me encontré con sus poetas, pervertidos, viscerales, incansables al defender su arte. Y como todas las cosas que llegan en la vida hay que recibirlas, a la poesía la recibí con los brazos abiertos. Y he empezado a leerla como hay que leer la poesía, y ha empezado a entrar en mí y a llenarme, me embelesó. Y cuando uno empieza a leer poesía, los versos empiezan a salir solos. Los míos son de principiante, y dejan bastante que desear -- pero algo es algo, por lo menos ya me atreví a dar el salto y ahora siento que no podré parar, que ya entré en su vorágine. Y te agradezco, a ti, porque ya descubrí la primera buena suerte dentro de este quiebre: por la herida en mi corazón, la poesía encontró la manera de llegar hasta su centro. Y cuando algo ya alcanza ese punto, bien sabemos los enamorados que no hay forma de hacer que salga.

2 comentarios:

sam dijo...

Por lo que veo encontraste el lado bello de la tristeza. En tu quiebre sentimental descubriste esa parte profunda en vos que no conocías. Creo que una vez me pasó lo mismo y algo habré escrito. Solo espero que lo tuyo, como veo que lo describís sea duradero. Me refiero a tu gusto por la poesía y por escribirla sobre todo, porque sinceramente es muy bueno lo que escribiste. Ojo! no soy crítico profesional ni nada parecido, simplemente te agradezco este momento de profundidad que estás pasando y que los compartas con nosotros.

Fe dijo...

A mí me pasa al revés.


Al revés.


Y al revés.



Sigue escribiendo, que hace bien.