La espera debería definirse como un estado, una calidad o cualidad, un estado de ánimo. La espera no es más que un limbo, como si el espacio-tiempo se estirara, sólo en nuestros alrededores más inmediatos, y se quedara así, quieto, persistente. Y es un estado de ánimo ya que sólo atañe, sólo afecta a quien es espera; quien es esperado, claramente, no se espera a sí mismo (¿O tal vez sí?). Algunas esperas son ansiosas, tensas, otras esperanzadas, otras no tanto. Extraño fenómeno, la espera. Nada se hace mientras esperamos. Sólo, se espera. Y la espera es espera de nada.
sábado, enero 24, 2009
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